Es normal que las novias se preocupen por estilizar su silueta de cara al gran día, pero en ocasiones cometen errores en su dieta que pueden resultar contraproducente e, incluso, peligrosos. Con este decálogo de errores comunes esperamos ayudarte a no caer en ellos:
1. ADELGAZAR DEMASIADO. Una vez te hayas hecho la prueba final del vestido, tu objetivo no será adelgazar, sino conservar el mismo peso. Si tiendes a engordar con el estrés, deberás controlar tu dieta para no ganar kilos; pero, si eres de aquellas a las que los nervios les cierran el estómago, tu objetivo será no perderlos.
2. SALTARSE EL DESAYUNO. No es buena idea hacer eso: te pasarás con hambre el resto del día. Un buen desayuno ayuda a activar el metabolismo, lo que te hará quemar más calorías. Además, ten por seguro que lo que ingieras a primera hora lo quemarás a lo largo de la mañana.
3. SERVIRSE PLATOS GRANDES. Si comes en platos pequeños, psicológicamente te dará la sensación de que comes mayor cantidad de comida. Además, procura comer despacio y saboreando los alimentos; de este modo la sensación de saciedad llegará antes.
4. NO COMER SUFICIENTE PROTEÍNA. Las proteínas mantendrán tu estómago satisfecho durante más tiempo, y son muy necesarias para tener energía. No te cortes con el pollo y el pescado.
5. NO BEBER SUFICIENTE AGUA. Es importante mantenerse hidratada. Además, el agua ocupa espacio en el estómago y ayuda a reducir el hambre.
6. MATARSE DE HAMBRE. Siempre termina resultando contraproducente. La belleza pasa por estar sana, y restringiendo totalmente la ingesta de alimentos solo conseguirás sufrir desmayos, tener mal humor y sentirte decaída. Al final, acabarás dándote un atracón.
7. FIJARSE METAS IRREALES. Cualquier dieta para perder peso debe ser iniciada con tiempo suficiente (es decir, meses) y terminar, como mencionábamos antes, el día de la prueba final del vestido. Querer perder cinco kilos en un par de meses es un objetivo asequible. Perder veinte, no. Si ves que no alcanzas tus objetivos por ser demasiado elevados, te desanimarás y abandonarás la dieta.
8. TEMER A LA BÁSCULA. Cuando estás haciendo dieta, la báscula es tu aliada, no tu rival. Si no la consultas con regularidad (sin pasarse, eso sí; basta con una vez al día, siempre a la misma hora), no podrás saber si estás progresando según tus planes.
9. NO LLEVAR LA CUENTA DE LO QUE COMES. No es necesario que hagas las sumas de calorías (¿quién tiene tiempo de investigar las kilocalorías de un plato mediano de cocido?), pero sí conviene que apuntes en un cuaderno los alimentos que has comido a lo largo del día para evitar picotear a lo loco durante toda la jornada.
10. NO DECIRLE A NADIE QUE ESTÁS HACIENDO DIETA. Es mucho mejor (y más eficaz) contar con el apoyo de tus seres queridos. Ellos te podrán apoyar cuando decaigas y advertirte cuando te estés desviando de tus objetivos.