Después de la boda en sí, comienza la vida en pareja (bueno, es posible que ya estuvierais conviviendo años antes, no somos tan anticuados) y la labor de crear una vida juntos, una relación duradera y feliz. Para aportar nuestro granito de arena, aquí te traemos cinco consejos sencillos de poner en práctica que pueden aportar mucho bienestar a vuestra relación:
1. TEN PEQUEÑOS DETALLES INESPERADOS. Sí, los ramos de flores en los aniversarios están muy bien, pero son los pequeños detalles sin razón aparente los que demuestran a nuestra pareja que siempre estamos pensando en ella. Comprarle un libro o un pastel porque al pasar por el escaparate te has acordado de lo mucho que le gusta es un gran regalo.
2. PONLO POR ESCRITO. Con el paso del tiempo es posible que se os olvide deciros todos los días lo mucho que os queréis; por eso está bien, de vez en cuando, recordárselo por escrito. No hace falta que escribas una larga carta o un soneto: un post-it con un “Te quiero” en el espejo para que lo vea al despertar puede ser tan romántico como un poema.
3. HAZ ALGUNAS DE SUS TAREAS. La división de obligaciones y tareas es una de las primeras cosas que estableceréis, aunque sea de un modo tácito: uno frega los cacharros y el otro saca la basura; uno hace la cama y el otro friega el baño… Con la rutina, daréis por sentado cuáles son las responsabilidades de cada cual. Pero, si un día haces tú una de las tareas del otro (no hace falta que sea por un motivo concreto, como que esté demasiado estresado en el trabajo), le demostrarás, con ese simple gesto, lo mucho que te importa.
4. DI QUE SÍ. Saber ceder es básico en una relación. Eso no significa que tengas que plegarte siempre a los deseos del otro, claro, pero si, de vez en cuando, accedes a hacer algo que el otro sabe que no te apetece nada, le demostrarás tu amor. Esas pequeñas concesiones son el cemento de un matrimonio duradero.
5. DÉJALE RESPIRAR. No importa cuán unida esté una pareja y cuánto disfruten de la compañía mutua: a todos nos puede apetecer de vez en cuando llegar a casa y encontrarnos solos para poder tumbarnos en el sofá o darnos un baño sin hablar con nadie. Dale una tarde libre a tu pareja de vez en cuando para dar oxígeno a tu relación. Será bueno para ambos.