Todos cometemos errores, sobre todo si lo que tenemos entre manos es algo tan complejo como la organización de una boda. Para que te ahorres un disgusto de última hora, aquí te mencionamos 6 de los fallos más comunes para que no te pillen por sorpresa:
1. AGOTAR EL PRESUPUESTO DEMASIADO PRONTO. Seguro que a estas alturas ya te has dado cuenta de que organizar una boda es caro. Hay que pagar por casi todo y no es infrecuente que algunas novias, dejándose llevar por el entusiasmo inicial, comiencen a comprar y contratar sin mantener un ojo puesto sobre su presupuesto y agoten su dinero previsto (o el de sus padres) cuando aún les falta la mitad de las áreas por completar. Para evitarlo, te puede venir bien usar una plantilla de presupuesto como esta que publicamos en otra ocasión.
2. RESERVAR TARDE EL HOTEL. Cuando organizamos una boda en una ciudad a la que acudirán muchos invitados de fuera, es común que los novios reserven habitaciones en un hotel (o mejor dos, de distinto precio, para que los invitados puedan escoger), donde probablemente les hagan un descuento de grupo. Pero dejar esta tarea para el final es muy peligroso, pues una convención o una feria o acto importante que coincida en fechas con tu boda puede dejarte literalmente sin ninguna plaza libre. Intenta reservar lo antes posible; unos seis meses de adelanto está bien.
3. INVITAR A DEMASIADA GENTE. Invitar a muchos no es un error, pero sí lo es invitar, por ejemplo, a 300, pensando que solo acudirán 200. Podrías “morir de éxito” y tener que cambiar todos tus planes por encontrarte con demasiados asistentes. Para que no te ocurra esto, estima que el porcentaje de gente que rechaza una invitación de boda -entendiendo que no invitas a lo loco, sino a quienes tú crees que tal vez quieran ir- se suele situar entre el 10 y el 20%. Si invitas a 200, no cuentes con menos de 160 asistentes.
4. LANZARSE A TRATAMIENTOS Y DIETAS DE ÚLTIMA HORA. Créenos: no funciona eso de pasarse los últimos días antes de la boda sin apenas comer; ni conviene que te intentes procurar un superbronceado de última hora. El riesgo de catástrofe es demasiado alto.
5. INTENTAR HACERLO TODO SOLA. Tu prometido está ahí para algo. Deja que te ayude. Igual que tu familia. Intentar echarte toda la responsabilidad de la organización sobre los hombros es algo agotador y contraproducente. Además, es más divertido hacer las cosas en grupo (aunque nadie debe olvidar que eres tú la que manda).
6. OLVIDARSE DE QUÉ ES LO IMPORTANTE. Nunca olvides que lo que estáis haciendo no es únicamente organizar una boda, sino comenzar una vida juntos. Pórtate bien con tu prometido -y viceversa-. Es muy probable que surja algún roce por el estrés y la tensión de estar pendiente de tantos detallitos, pero no dejéis que las cosas se salgan de madre. Vuestra relación es lo verdaderamente importante.