Admitámoslo: organizar una boda es un trabajo arduo y estresante. Es normal que tanto tú como tu prometido acabéis consumidos por el ajetreo y los nervios. Y es importante que mantengáis la salud. ¿Cómo combatir el estrés organizativo prenupcial? Aquí te traemos 6 sugerencias:
1. DAOS UNA NOCHE LIBRE CON VUESTROS AMIGOS. Solo chicas por tu lado; solo chicos por el de tu prometido. Un poco de aire os vendrá bien para no ver la presencia del otro como un agobio continuo, tras días y días de decisiones conjuntas, presupuestos, compras y demás preparativos. Al día siguiente os reencontraréis mucho más frescos y relajados.
2. DECLARAD UN FIN DE SEMANA ‘NO-BODA’. Prohibíos hablar de nada relacionado con la boda durante un fin de semana completo, como si no existiese. Da igual lo que hagáis durante ese fin de semana, el mero hecho de olvidaros dos días de toda la vorágine en la que estáis metidos os ayudará muchísimo.
3. MONTAOS UNA BUENA CENA EN CASA. Estáis todo el día de aquí para allá, así que, si ambos disfrutáis con la comida, en lugar de ir a un restaurante podéis organizaros vuestra propia cena romántica en casa. Tomaos la tarde para cocinar sin prisas, colocad un puñado de velas… ¡y listo!
4. MARATÓN DE PELÍCULAS. Lo mejor para evadirse de la realidad, y es compatible con otras de las opciones que os damos, como la cena romántica en casa. Eso sí, nada de comedias románticas relacionadas con bodas, por favor…
5. UNA ESCAPADA RÁPIDA. Vale, no tenéis tiempo para cogeros unos días y hacer un viaje largo, pero… ¿no podeís pillar un día y medio para escaparos a ese pueblecito cercano que tanto os gusta o pasar una noche en un hotel con encanto cerca de vuestra ciudad? Seguro que sí.
6. UNA CENA ROMÁNTICA… PERO EN UN RESTAURANTE. Para aquellos a quienes el punto 3 les dé pereza (que no les guste cocinar, vamos) siempre está la opción de darse el gustazo de la cena romántica en un buen restaurante. Seguro que os habéis ido apretando el cinturón en algunos detalles de la boda para tener más margen en el presupuesto de la boda, así que os habéis ganado el utilizar parte de ese dinero ahorrado en un capricho que os ayude a relajaros (vedlo como un gasto más de la boda).
