Comprar las alianzas de boda es una elección importante que no debe tomarse a la ligera, ya que las vais a llevar -esperamos- durante el resto de vuestra vida. Por eso queremos compartir con vosotros algunos consejos que tal vez os ayuden:
1. ACOTAD PREVIAMENTE LO QUE BUSCÁIS. Hasta que no te enfrentas a un muestrario completo de alianzas de boda en el mostrador de una joyería no te das cuenta de la cantidad de tipos de anillos que hay. Antes de salir a la aventura, decidid con calma qué tipo de alianzas buscáis: de qué metal -o al menos si los queréis dorados o plateados-, si os van las líneas sencillas o con intrincados arabescos, si los queréis biselados o no… Tal vez cambiéis de opinión al ver otro tipo de anillo en la joyería, pero os ahorrará mucho tiempo tener una idea previa de vuestros gustos.
2. BUSCAD CON TIEMPO. No dejéis la compra de las alianzas para el último momento. Conviene que tengáis al menos un par de meses; no solo para que podáis visitar diversas joyerías y comparar modelos y precios, sino también para que no os pille el toro con las inscripciones que queráis grabar en el interior, cuyos plazos puden variar mucho de una joyería a otra.
3. ESTABLECED UN PRESUPUESTO. Unas alianzas sencillas de oro de 14 kilates pueden costar unos 200 euros y pico, pero unas de platino cuestan el doble. Si tenéis que ceñiros a un determinado presupuesto, hacédselo saber de entrada al joyero para que no os maree con piezas de alta joyería alejadas de vuestras pretensiones.
4. PODÉIS SER DIFERENTES. Aunque lo tradicional es que las alianzas sean muy parecidas, en ningún sitio está escrito que tenga que ser así. Si a ti te gusta el platino y tu futuro esposo es más de oro amarillo, podéis escoger cada uno una pieza acorde a vuestros respectivos gustos. Será un detalle original y ambos quedaréis satisfechos, que es lo importante.
5. PENSAD A LARGO PLAZO. Por supuesto, debéis escoger unos anillos según vuestros gustos, pero no os dejéis llevar demasiado por la última tendencia si es excesivamente llamativa. Al escoger, preguntaros si querréis seguir llevando esas alianzas en vuestra mano dentro de veinte o treinta años. A veces, lo clásico es lo más acertado.
6. MEDID BIEN VUESTRA TALLA. En las joyerías os medirán los dedos con unos anillos estándar para ver cuál es vuestra talla. Conviene que no hagáis esa prueba a primera hora de la mañana -pues habréis retenido sal de la noche anterior-, después de haber hecho ejercicio ni cuando vuestra temperatura corporal sea demasiado elevada ni demasiado baja.
7. MANTENEDLOS LIMPIOS. Aparte de evitar el contacto con sustancias químicas que puedan estropear el metal, conviene que limpiéis de vez en cuando vuestras alianzas, lo cual es bastante sencillo. Si no tienen piedras engarzadas, basta con que los frotéis con un paño suave y sin pelusa, como el que usas para limpiar las gafas. Si tienen piedras engarzadas, sumergidlos en agua tibia jabonosa, frotadlos delicadamente con un cepillo de cerdas blandas y secadlos luego con un paño suave.