Si quieres que tus invitados no se aburran en tu boda, hay algunas ideas básicas que conviene tener presentes. Si cumples todas ellas, el tiempo pasará volando para todos los invitados y te garantizamos que ninguno consultará su reloj:
1. PIDE A ALGUNOS AMIGOS QUE SEAN TUS COMPINCHES. ¿En qué sentido? En que te ayuden a hacer que la gente se presente entre ella y se conozcan desde el comienzo. Piensa en que los invitados llegan a la boda y se encuentran con que no conocen a más e la mitad de los presentes. Muchas veces se forman pequeños grupos aislados; para evitarlo, lo mejor es romper el hielo desde el principio: a mayor interrelación entre la gente, mayor diversión. Tener a unos amigos como ayudantes también puede venir bien a la hora de dar indicaciones para que se pase a una fase o a otra de la celebración: tú se lo dices a ellos y ellos se encargan de propagarlo a todos los demás.
2. QUE LOS INVITADOS NUNCA PAREN DE COMER. Sí, casi todos nos pasamos las bodas quejándonos de lo mucho que hemos comido y lo que habremos engordado en un solo día, pero siempre conviene que los invitados tengan a mano algo que echarse a la boca, no solo durante el cóctel y el banquete, sino también durante el baile: una buena idea son las mesas de picoteo con dulces y gominolas, o la recena (unas bandejas con medias lunas o canapés que circulen entre los invitados) si el baile se prolonga mucho.
3. OFRÉCELES UN MEDIO PARA VOLVER A CASA. El hecho de contratar un par de autobuses para que lleven a los invitados de vuelta a sus casas (no puerta por puerta, sino hasta dos o tres sitios céntricos de la ciudad) es un gran aliciente para la diversión. Si la gente no se tiene que preocupar de estar demasiado cansado o haber bebido porque tienen que conducir luego, se pueden desmelenar más.
4. MEDITA BIEN LA DISTRIBUCIÓN DE MESAS. No cuesta nada, solo tiempo, pero es clave para que nadie se aburra. Es terrible llegar a una boda y darte cuenta de que en tu mesa no conoces a nadie pero todos los demás son amigos entre ellos desde hace años. Ponte en el lugar de cada uno de tus invitados y piensa detenidamente con quién te gustaría estar.
5. RESPETA EL HORARIO. Si les dices a los invitados que el banquete se celebrará en determinado lugar una hora después de la ceremonia, no te pases dos horas haciéndote las fotos. Tampoco hace falta que cumplas con la puntualidad a rajatabla, pero al menos, si crees que es posible que les hagas esperar, que sea en un lugar confortable, con abundante bebida, aperitivos y sillas donde sentarse.
6. SORPRÉNDELOS. Las sorpresas son las cosas que hacen que los invitados recuerden una boda entre todas a las que han ido, así que guárdate uno o dos puntos inesperados bajo la manga. Por ejemplo, todo el mundo espera que, después del banquete, haya una orquesta o un DJ para amenizar la fiesta, pero pocos se esperarán que hayas contratado a camareros cantantes que interpreten números entre plato y plato.
7. QUE COMPITAN. Añadir a la fiesta algunos juegos o competiciones que no sean demasiado exigentes físicamente siempre aportan un toque extra de diversión, sobre todo si hay algún tipo de premio para los ganadores: desde el clásico limbo a juegos por parejas, las posibilidades son ilimitadas.