La boda entre Michael Jackson, ‘El Rey del Pop’, y Lisa Marie Presley, la hija del ‘Rey del Rock’ fue una de las más célebres -y misteriosas- del siglo XX. Michael Jackson conoció por primera vez a la que se convertiría en su esposa en el año 1974, cuando él solo tenía 16 años y Lisa Marie era una chiquilla de 6. Fue el propio Elvis quien los presentó, en el MGM Grand Hotel and Casino de Paradise (Nevada), donde Michael había ido a actuar junto a sus hermanos, con quienes por aquel entonces formaba The Jackson 5. Lisa Marie era una gran fan del grupo, y en especial de su talentoso solista.
No fue hasta 1992 cuando, ya adultos, comenzó la relación de amistad entre ambos. Fue durante una fiesta en Los Ángeles, en casa del escultor Brett-Livingstone Strong. Presley buscaba ayuda para prosperar en el mundo de la música, y Strong puso algunas grabaciones de ella que impresionaron a Michael. Cuando Lisa se marchaba, él le dijo a modo de despedida: “Tú y yo juntos podríamos meternos en un montón de problemas. Piensa en ello, chica”.
Pero Lisa no era una mujer libre: estaba casada con el músico Danny Keough -contrajeron matrimonio en la Iglesia de la Cienciología- y tenía dos hijos muy pequeños. Entabló una sólida amistad con Michael hasta que, el 3 de mayo de 1994, Lisa se divorció de Keough. Apenas tres semanas después, contrajo matrimonio con Michael.
La extrema discreción de la boda, celebrada el 26 de mayo de 1994 en La Vega (República Dominicana) disparó todo tipo de rumores en los medios, algunos de los cuales acusaban a la unión de no ser más que un lavado de imagen pública que disipara las sospechas sobre el cantante, quien había sido acusado el año anterior de abusos a menores. Sospechas malevolentes aparte, lo que nadie podía poner en duda era la gran afinidad de la pareja: criados en ambientes ajenos a la realidad (una había crecido en Graceland; el otro vivía en Neverland), rodeados de personas que querían aprovecharse de su fama, temerosos de los medios, carentes de una infancia normal…
Según se cuenta, Michael solía llamar con frecuencia por teléfono a Lisa y, precisamente, fue durante una de esas llamadas cuando le preguntó: “Si te pido que te cases conmigo, ¿lo harías?”. Lisa, aún casada, le respondió que sí. Jackson hizo una pausa y dijo que necesitaba ir al baño. Cuando retomó el teléfono le explicó que sus sentimientos por ella eran auténticos. Años después, Lisa explicó en una entrevista en televisión que Michael le pidió formalmente matrimonio en una biblioteca, ofreciéndole un anillo con un diamante de diez quilates y con la rodilla en el suelo.
La ceremonia de casamiento fue muy breve -apenas duró 15 minutos- y se celebró en la casa del juez Hugo Francisco Pérez Álvarez, quien ofició en español. Un abogado tradujo todo simultáneamente a la pareja. Los testigos fueron Eva Darling -amiga de Lisa- y el hermano de su exmarido, Thomas Keough.
La prensa y el público ni siquiera sabían que se conocían, por lo que el bombazo fue tremendo. A la madre de Lisa, Priscilla, no le hizo ninguna gracia la unión, pues pensaba que Michael quería utilizar ese matrimonio y los dos hijos de Lisa para lavar su imagen.
El matrimonio estuvo plagado de altibajos desde el principio, sometido a todo tipo de presiones, y terminó en divorcio el 10 de diciembre de 1995. Lisa explicó así la ruptura: “Creo que él me quería tanto como podía querer a cualquiera, y yo lo quise mucho… Acabé muy enferma y espiritualmente exhausta en mi búsqueda de conseguir alejarlo de ciertos comportamientos autodestructivos y de los horribles vampiros que siempre lograban pegarse a su alrededor. Era una persona increíble y fui muy afortunada por haber estado tan cerca de él”.