Y si es importante saber escribir los textos para una boda, también lo es saber leerlos cuando toca: como es el caso de la lectura de un amigo o familiar de los novios durante la ceremonia o el banquete; o los propios novios, que desean dar las gracias por su presencia a todos los invitados…
Aunque sea difícil conseguirlo, intentad estar lo más tranquilos posible si tenéis que leer un texto en una boda, ya seáis los novios o familiares/amigos. Ya sé que es complicado porque ese día se siente mucha emoción y porque, al fin y al cabo, hablar en público no resulta sencillo si no estás acostumbrado a ello. Por eso quiero dejaros aquí algunas pautas y consejos que quizás os ayuden a hacerlo lo mejor posible.
1. Lo primero y principal es que utilicéis un lenguaje sencillo y muy claro. Pensad en un vocabulario que pueda entender sin problemas la mayoría de vuestra audiencia. No sirve de nada adornar demasiado vuestro discurso con palabras rebuscadas si no os van a comprender.
2. Hablad alto y claro, despacio, vocalizando lo mejor posible. Así nuestro mensaje llegará a todos. Que no os importe ir un poco más lento de lo normal (sin exagerar, claro): vosotros os sentiréis más seguros y, por tanto, más tranquilos. Lo importante es que vuestro mensaje llegue a todos, que entiendan lo que estáis diciendo/leyendo.
3. Haced, de vez en cuando, pequeñas pausas para que los invitados puedan seguir bien vuestro discurso. De hecho, si no os habéis aprendido de memoria el texto, es importante levantar la mirada en algunas partes de la lectura y mirar, en cada ocasión, hacia distintas zonas de la sala. Así, al hacerles partícipes con vuestra mirada, los invitados se sentirán parte del discurso y prestarán más atención.
4. El texto no debería ser excesivamente largo. Hay que evitar que los oyentes se cansen. Es casi mejor que se queden con ganas de más.
5. Un pequeño truco que os puede venir muy bien: coged una grabadora y colocaos delante de un espejo (si tenéis una videocámara, mejor que mejor). Ensayad la lectura del texto. Os iréis dando cuenta de los fallos que cometéis: de qué partes os cuestan más y debéis pulir; si hay reiteraciones, también os percataréis de ello; la pronunciación y el énfasis que debéis dar a cada parte de la lectura estarán mucho más claros para vosotros…
Vigilad vuestros gestos y movimientos: ni hay que ser muy planos en la lectura ni tampoco pasarse (de hecho, probablemente sea peor cometer el segundo fallo que el primero).
6. Por último, y no menos importante, imaginad que estáis hablando ante un grupo de amigos. De hecho, en una boda normalmente vuestra audiencia estará compuesta de familiares y amigos. Quizás haya gente a la que no conozcáis (sobre todo si no sois los novios), pero los conocidos os arroparán y apoyarán. Así que adiós al miedo escénico.