Elegir bien el ramo de novia es fundamental, ya que se trata del complemento más importante del vestido: es el más vistoso y lo lucirás a lo largo de todo el día de tu boda.
Por ello, te aconsejamos acudir a un profesional del diseño floral con una foto de tu vestido.
Él te hará un diseño y presupuesto que comentará contigo.
Te puedes ver tentada y elegir de manera previa un ramo que hayas visto en una revista o en internet, pero lo mejor, como te decimos, es acudir a un diseñador floral: te verá a ti y el modelo de vestido, y él sabrá el ramo que mejor te va (eso sí, tú tienes la última palabra, ni el diseñador floral, ni tu madre, ni tu hermana, ni tu suegra… porque nadie te conoce mejor que tú misma).
La armonía entre el vestido de novia y el ramo es importante, así como entre el ramo y el resto de ornamentaciones florales (desde los alfileres del novio y del padrino hasta los centros de las mesas o la decoración del altar de la boda civil o religiosa). No queremos decir con esto que tengan que ser iguales, pero hay que intentar no elegir muchos tipos de flores y colores.
Y cuidado con que las flores elegidas para el ramo tengan demasiado polen: podrían manchar el vestido.
Otro pequeño consejo: cuando te hagan la prueba de maquillaje, descríbele al/a la profesional cómo va a ser tu ramo (si no te haces prueba, coméntale en cualquier caso cómo va a ser el ramo con antelación). Debe saber qué colores no deben faltarle en el estuche de maquillaje cuando vaya a prepararte para el gran día. Los labios normalmente irán acorde con el ramo.
Y una vez te lleven, el día de la boda, el ramo de novia, ¿cómo conservarlo?
Lo mejor para mantenerlo fresco es meterlo en una habitación fresca y con poca luz.