Son ya todo un clásico en las bodas. Incluso en aquellas en las que no hay niños… porque los mayores las reclaman cada vez más. Hay muchas maneras de incluirlas en una boda: desde el clásico cono de golosinas a una tarta. Siempre son bienvenidas.
Vosotros mismos podéis comprar los conos y rellenarlos con lo que queráis: flashes, bolsas de gusanitos, piruletas, gominolas, nubes… Y también quedan muy bien (y a los niños les encantan) los pomperos.
Y podéis optar por otro tipo de envase para las gominolas. Por ejemplo, una taza como la de la foto, con una bolsa de chuches metida dentro y luego todo envuelto en papel celofán de color (queda muy bonito el paquete) y con una tarjetita (por cierto, si estás buscando tarjetas para tus regalos, puedes encontrarlos aquí).
En mi opinión, la taza es de lo más práctico, pero existen alternativas muy acertadas, como por ejemplo un portalápiz o una maceta. Estas quedan geniales, como veis en la foto de abajo.
La forera de todoboda.com que hizo estas macetas de la imagen cuenta que los hizo con palos de los pinchos morunos y explica que el truco consiste en mojar el palo de madera con agua para que las chuches y sobre todo las nubes entren sin pegarse en el palo.